Antoni Muntadas, Barcelona, 1942.
Considerado uno de los pioneros del media art y el arte conceptual en España, lleva más de cuatro décadas trabajando en proyectos en los que plantea una reflexión crítica sobre cuestiones clave en la configuración de la experiencia contemporánea.
Su objetivo es detectar y decodificar los mecanismos de control y poder a través de los cuales se construye la mirada hegemónica, explorando el papel decisivo que juegan los medios de comunicación en este proceso. En sus obras, que tienen siempre una clara dimensión procesual y en las que muchas veces apela directamente a la participación de los espectadores, Muntadas recurre a múltiples soportes, lenguajes y estrategias discursivas, desde intervenciones en el espacio público al vídeo y la fotografía, desde la edición de publicaciones impresas hasta el uso de Internet y nuevas herramientas digitales, desde instalaciones multimedia hasta la implementación de proyectos de investigación multidisciplinares y colaborativos.
A lo largo de su trayectoria, Antoni Muntadas, que concibe sus obras como "artefactos" (en el sentido antropológico del término, es decir, como algo que puede activarse de diferentes maneras según el contexto y el momento en el que se presenta), ha abordado cuestiones como las cambiantes relaciones entre lo público y lo privado, la naturalización de la lógica consumista, los procesos de homogeneización cultural impuestos por la globalización, el uso de la arquitectura como herramienta para legitimar el poder político y económico, la importancia de los medios de comunicación en la expansión del capitalismo financiero, el funcionamiento del ecosistema artístico o el uso del miedo al "otro" como estrategia de control social.
Obra de la colección: “Tigre de Tasmania: estudio de caso del Museo de la Extinción
“Tigre de Tasmania: estudio de caso del Museo de la Extinción” (2022).
Fiel a su lenguaje personal, ajeno a cualquier corriente y etiqueta, Muntadas presenta un proyecto sobre un animal extinto, el tigre de Tasmania, y lo hace con una tecnología en peligro de extinción, la holografía y una instalación totalmente extraña en la estética high tech, que más bien evoca el encanto de los antiguos museos de ciencias naturales. La obra plantea el debate sobre la obsolescencia y la eterna carrera por crear tecnologías nuevas y sofisticadas, que en última instancia generan una brecha social cada vez más profunda.
La obra recrea una sala de un museo de historia natural, con tres vitrinas y un cristal de 1,5 m. holograma, que tuvo que ser producido en Lituania, ya que es el único lugar capaz de fabricarlo de tales dimensiones. Las vitrinas contienen fotografías de las investigaciones realizadas y algunas imágenes en movimiento en tabletas; otra vitrina muestra estudios de ADN sobre cómo revivir animales desaparecidos, siendo el tigre de Tasmania uno de los casos más estudiados; y hay un tercer escaparate con el merchandising, que es lo que mantiene vivo al tigre de Tasmania en la cultura popular (camisetas, cervezas, posavasos, postales…). Son elementos que le permiten seguir muy presente en Tasmania.
